Su nombre, se traduce literalmente como «la piedra de Pablo».

Frente a la costa de Laconia, en el sudeste del Peloponeso, bajo las aguas del Mar Mediterraneo una ciudad casi completa, con calles, edificios, jardines, tumbas y lo que parece un complejo religioso. El asentamiento contiene material neolítico y de la Edad del Bronce.

Se cree que floreció en el período comprendido entre 5000 y 3000 años AC. Una combinación de terremotos y aumento del nivel del mar hizo que se hundiera, alrededor del año 1000 AC.

Sus secretos han permanecido desconocidos durante miles de años.

En 1967, Nic Flemming, del Instituto de Oceanografía de la Universidad de Southampton, descubrió sus ruinas sumergidas. El año posterior, en 1968, los arqueólogos de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido visitaron este extraordinario lugar para mapear toda la ubicación y determinar el alcance de la antigua ciudad perdida.

 «Este yacimiento tiene una excepcional importancia arqueológica internacional. Es necesario que los frágiles restos de esta ciudad se registren apropiadamente y se conserven antes de que se pierdan para siempre», explicó el Dr. Henderson. «Un objetivo fundamental es llamar la atención sobre la importancia del lugar y asegurar que se gestione de manera ética y que se presente al público de modo sostenible y beneficioso tanto para el turismo como para la población local.»

Leído en CORDIS | European Commission

Actualmente, Pavlopetri está amenazada por la contaminación causada por los grandes barcos que anclan en la bahía de Vatika. Su impacto toma muchas formas: la descarga de desechos, agua de lastre y productos químicos utilizados para limpiar cascos y hélices contribuyen a poner en peligro las ruinas submarinas. Los barcos más pequeños viajan sobre los restos arqueológicos, lo que lleva a sedimentos móviles que pueden dañar los cimientos y las paredes. Mientras tanto, el sitio carece de protección física y se puede visitar sin restricciones, dejándolo vulnerable a saqueos y robos. La construcción de un gasoducto de Creta al Peloponeso y una central eléctrica cerca de Pavlopetri es otra amenaza inminente.

En los últimos años, los defensores locales se han impulsado a actuar y han montado una amplia campaña para proteger a Pavlopetri. Buscan evitar la promulgación de una Regulación Portuaria Especial que permitiría a los barcos anclar legalmente en la Bahía Vatika y promover la adopción de un conjunto proactivo de regulaciones que protegerían el sitio. Las boyas rodearían el sitio, manteniendo a los barcos alejados, mientras que las señales explicarían la importancia del sitio a los visitantes. El sitio está incluido en el World Monuments Watch 2016 para apoyar estos esfuerzos locales, que tienen el potencial de promover la práctica de la conservación del patrimonio de manera mucho más amplia mediante la elaboración de estrategias para la protección comunitaria de otros sitios del patrimonio subacuático en todo el mundo…

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